Los investigadores han vigilado varios ejemplares Ramphastos toco, que es el mayor de la familia de los tucanes (su tamaño va desde unos 20 hasta más de 60 centímetros los más grandes), con termografía infrarroja utilizada a modo de sensores de temperatura en diferentes ambientes y condiciones térmicas. Han observado que la temperatura de la superficie del pico cambia rápidamente cuando el ambiente se enfría o se calienta. El efecto es especialmente notable al atardecer, cuando el pájaro se prepara para dormir: entonces el pico del tucán se enfría unos diez grados centígrados en pocos minutos. Como la superficie del pico está muy vascularizada, parece que el pájaro lo utiliza para radiar calor y reducir su temperatura corporal durante el sueño. Al fin y al cabo los pájaros no sudan y no pueden refrigerarse así.
Las imágenes térmicas del pájaro muestran cómo disipa el calor
"Nuestra investigación indica que el pico del tucán es una de las mayores ventanas térmicas del reino animal, en competencia con las orejas de los elefantes por su capacidad para radiar calor corporal", dice Tattersall (Universidad Brock en Ontario, Canadá) y sus colegas en el artículo científico. Ellos recuerdan que ya en 1780, el naturalista francés George-Louis Leclerc, conde de Buffon, se había referido al pico de los tucanes como un apéndice "extremadamente monstruoso". Además de la explicación propuesta por Darwin del atractivo sexual de esa peculiar característica en la especie, se han barajado otras posibilidades: tal vez el gran pico serviría para atacar nidos, o como arma de defensa territorial en un entorno social del tucán.
Si la explicación de la regulación térmica es válida para el tucán, proponen los científicos, tal vez otras aves también utilicen el pico para el necesario intercambio de calor, sugieren estos científicos. En la investigación han colaborado los expertos canadienses con colegas de Brasil.
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