Luis Somoza coordina la ampliación de la plataforma marina
Luis Somoza Losada es geólogo marino e investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), pero bien podría ser mago. Cuando él investiga una región, los libros de geografía se ven obligados a aumentar la extensión del territorio. Actualmente es coordinador científico del proyecto de ampliación de la plataforma continental española (la frontera submarina) y pronto podría añadir 200.000 kilómetros cuadrados a Canarias (de los 100.000 actuales), cuando este verano realice el estudio de los fondos marinos al oeste de la isla del Hierro.
En aguas españolas se han hallado volcanes de fango en el golfo de Cádiz
En época de crisis, Somoza, haciendo encaje de bolillos, ha logrado unir los esfuerzos de cuatro ministerios: Asuntos Exteriores, Defensa, Ciencia e Innovación y Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. La campaña movilizará tres buques oceanográficos: el Hespérides en agosto de 2010, el Miguel Oliver, en la primavera de 2011, y el Sarmiento de Gamboa, en septiembre de 2011.
Para realizar los trabajos utiliza una tecnología de sondas con la que se obtiene un mapa del relieve de los fondos marinos. "Es una batimetría del fondo con enorme calidad", explica el geólogo, "y busca los rasgos submarinos que sean prolongación de la plataforma canaria, volcanes con la misma naturaleza y características del archipiélago. Todo forma parte de un conjunto. También se hacen muestreos de los posibles recursos minerales, como los nódulos polimetálicos que concentran grandes cantidades de minerales y zonas de gas".
Estos trabajos científicos se presentarán en la comisión técnica de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), en Nueva York, como ya se ha hecho con las campañas Breogham y ESPOR, a bordo del Hespérides, en el Golfo de Vizcaya y frente a Galicia, en las que Somoza fue el responsable científico, en 2005 y 2009, respectivamente.
Hasta el momento, la Comisión de Nueva York ha aprobado (el 24 de marzo de 2009), una extensión total de 78.000 kilómetros cuadrados de título jurídico de España sobre la plataforma continental del mar Cantábrico. La propuesta se basó, principalmente, en los datos adquiridos en la campaña oceanográfica Breogham, que se realizó de forma conjunta con Irlanda, Francia y el Reino Unido.
En Galicia, donde se han propuesto unos 50.000 kilómetros cuadrados para añadir a la plataforma continental española, el IGME ha descubierto indicios de gas natural e hidratos de gas. Es el caso del Gran Burato, un agujero de más de cuatro kilómetros de diámetro. Además, recientemente el mismo equipo de investigación que dirige Somoza ha encontrado una gran variedad de nódulos de hierro, de manganeso y de costras polimetálicas y fosforitas en las zonas profundas del margen gallego.
En España, se han descubierto indicios de emisiones de gas e hidratos de gas en los fondos marinos profundos del golfo de Cádiz, Galicia, mar Cantábrico y en el mar de Alborán. Entre los últimos hallazgos cabe destacar los grandes campos de chimeneas de gas metano y más de 52 volcanes, a una profundidad de entre 300 y 4.000 metros, que expulsan fango con gas, y que indican la presencia de hidrocarburos en el golfo de Cádiz y en el mar de Alborán. Allí también han encontrado nódulos de hierro y manganeso ricos en níquel y cobalto.
Somoza considera que algunas películas de ciencia ficción, donde el mal viene del fondo, "tienen su aquel científico, por ejemplo, el triángulo de las Bermudas", donde existe la hipótesis de que hay varios agujeros en el fondo marino que emiten gas metano y cuando pasa por encima algún barco pierde parte de su estabilidad.
Él fue el jefe científico del proyecto Tasyo de exploración de emisiones naturales de hidrocarburos en el golfo de Cádiz y es el actual representante español de la Acción Europea conjunta COST para el estudio de gases hidratados en el Ártico. Puede estar horas explicando curiosidades del fondo del mar, como el hielo inflamable. En todos los mares, a partir de mil metros de profundidad, el gas aparece en estado sólido, similar en apariencia al hielo, pero constituido por moléculas de gas rodeadas por una malla de moléculas de agua, explica.
Las primeras muestras de hidratos de metano mostraron un aspecto exterior semejante a un fragmento de hielo de color blanquecino, explica Somoza. Los fragmentos de hidratos se funden con rapidez, en respuesta al cambio de presión y temperatura, transformándose en agua y gas metano. En estado helado, tienen la particularidad de que se inflaman cuando se les acerca una llama, de ahí el sobrenombre de hielo inflamable.
Otro de los lugares que conoce bien Somoza es la Antártida, donde ha hecho seis campañas oceanográficas en el Hespérides desde el año 1992. "Allí también hemos estudiado la relación entre el frío y el calor, como haremos en Canarias; volcanes submarinos profundos, zonas de hielo y gas hidratado", dice.
El proyecto Hidrodec de hidrotermalismo submarino en la Antártida también fue dirigido por Somoza, entre 2001 y 2002, buscando claves para la exploración de Marte. El continente helado, explica, no sólo constituye uno de los paraísos naturales más espectaculares de nuestro planeta, señala Somoza: "Es, además, un perfecto laboratorio geo-biológico para comprender cómo funcionan multitud de procesos terrestres y marinos, y cómo la vida se adapta a ambientes extremos".
Fuente: El País.
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