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lunes, 24 de mayo de 2010

Guisantes adaptados a las condiciones agroecológicas de Andalucía.

Expertos andaluces obtendrán variedades de estas leguminosas adaptadas al cultivo en la región y estudiarán diversas aplicaciones de la nanotecnología y de bioprotección al control de estas enfermedades.

El guisante (Pisum sativum) es la leguminosa grano más mejorada y con mayor implantación a escala mundial. Sin embargo, a pesar de las grandes expectativas despertadas en todos los sectores, su cultivo sufre aún grandes limitaciones en Andalucía, debido fundamentalmente a problemas de adaptación y sobre todo de susceptibilidad al jopo (Orobanche crenata).

Según los expertos, la importancia de esta planta destinada a la industria de los piensos radica en que su cultivo reduciría la dependencia de las importaciones de soja. Además, permitiría diversificar las fuentes de proteína y adaptarlas a los diferentes usos y tendría un papel beneficioso en las rotaciones y en la fertilidad de los suelos, al fijar el nitrógeno atmosférico gracias a su simbiosis con el rizobium.

El cultivo del guisante se fue extendiendo en Andalucía a principios de la década de los 90 gracias a su potencial e interés. No obstante, se impuso un cultivo de variedades foráneas, poco adaptadas a las enfermedades y a la climatología de la región. Por ello, investigadores de las universidades de Córdoba, Sevilla y Huelva, la Estación Experimental Zaidín, (CSIC, Granada), el IFAPA Alameda del Obispo (Córdoba), Sanidad Vegetal y el Instituto de Nanociencia de Aragón, coordinados por el Instituto de Agricultura Sostenible, (CSIC, Córdoba), pretenden obtener variedades de guisantes adaptadas al cultivo en Andalucía, para hacer atractivo el cultivo de esta leguminosa.

Según los expertos, el guisante cuenta con un gran interés por su potencial productivo para el mercado de pienso. “En agricultura ecológica, es prácticamente imprescindible por su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico que podrán utilizar otros cultivos como el cereal”, apunta el coordinador del estudio, Diego Rubiales Olmedo.


Sin embargo, la implantación de este cultivo tiene problemas técnicos pendientes de resolver como la resistencia a enfermedades y el manejo de las malas hierbas, entre las que se incluye el jopo. Por ello, los investigadores pretenden obtener variedades resistentes que permitan extender su cultivo. “Esto lo que contribuirá a la ‘sostenibilidad’ de nuestros sistemas agrícolas y disminuirá la dependencia de las importaciones de soja para pienso”, explica Rubiales.

Para hacer viable este cultivo, los investigadores abordarán las enfermedades causadas por plantas parásitas, como (Orobanche crenata) y hongos (Mycosphaerella pinodes, Erysiphe pisi y Uromyces pisi), así como la falta de agua, propia de Andalucía. Incluirán estudios del patógeno y puesta a punto de métodos de selección de las mejores variedades. En este sentido, los investigadores están seleccionando en diferentes guisantes, aquellas variedades con características más resistentes a las enfermedades y a la sequía para, más adelante, añadir a estas potencialidades ejemplares de mayor rendimiento y calidad. De esta forma, el resultado final serán guisantes con las características deseadas por los expertos, que puedan soportar bien las peculiaridades de Andalucía y, a la vez, sean productivas.

La novedad estriba en la complementación de técnicas de Mejora Genética Clásica y con el uso de marcadores moleculares y de estudios de genómica y proteómica, así como en la investigación de diversas aplicaciones de la nanotecnología al control de enfermedades, así como bioprotección con microorganismos beneficiosos.

Además de la generación de conocimientos, el proyecto tiene claro enfoque aplicado. Por un lado, los investigadores colaboran con empresas para que, una vez seleccionadas las variedades resistentes y productivas, éstas puedan registrarlas, purificarlas y ponerlas a punto para su comercialización. Por otra parte, el proyecto persigue proporcionar al agricultor un paquete de estrategias de control integrado, para fomentar el cultivo del guisante en Andalucía.

Fuente: Andalucía Investiga

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