El hallazgo abre una nueva perspectiva de blanco para una vacuna contra el VIH
Hasta hoy, científicos y médicos de todo el mundo creían que las muertes de 700.000 personas infectadas con el virus del sida en África por salmonelosis se debían a que su sistema inmunológico deprimido las hace susceptibles a esta enfermedad gastrointestinal oportunista, pero estaban equivocados. Según una investigación que se presenta en la revista Science, el problema de los infectados con VIH ante la salmonela no es la falta de respuesta del sistema inmunológico sino que se debe a una respuesta "defectuosa" o "inadecuada".
Calman MacLennan, del Centro para la Regulación Inmune de la Universidad de Birmingham y sus colegas de Malaui, México y Reino Unido, esperaban encontrar los mecanismos moleculares por los cuales los infectados con VIH tenían dificultad para generar anticuerpos contra las salmonelas, pero lo que ocurrió fue todo lo contrario, porque hallaron que los pacientes tenían concentraciones crecientes de anticuerpos. "La asociación entre la infección VIH y los casos fatales de salmonelosis se conoce desde el inicio de la pandemia del sida hace 26 años, pero ésta es la primera vez que podemos ofrecer una explicación científica", ha explicado MacLennan a EL PAÍS.
La bacteria de la salmonela es causante de la enfermedad infecto-contagiosa llamada salmonelosis que usualmente ocurre por el consumo de alimentos (especialmente carnes) y agua contaminados, y que se manifiesta por una gastroenteritis aguda con vómitos y diarrea. Es una de las intoxicaciones por alimentos más comunes en países pobres con problemas de higiene y acceso a los sistemas de salud, y que en África ocasiona el 50% de las muertes por VIH cada año.
Según el investigador británico, los médicos creían que la infección ocurría porque normalmente los pacientes con VIH son más susceptibles a las infecciones bacterianas por la dificultad de sus organismos para generar anticuerpos. Pero descubrieron que pese a un exceso de anticuerpos en la sangre de muchos africanos infectados con el VIH, no podían matar las salmonelas.
Los investigadores muestran que los anticuerpos de los portadores del VIH dirigen su ataque a los lipopolisacáridos (LPS) unas proteínas receptoras de la bacteria que se localizan encima de la membrana de las células de la salmonela.
"Asombrosamente, encontramos que esto no está causado por una carencia de células inmunes, sino que, por el contrario, hay altos niveles de anticuerpos que se encuentran ligados a los lipopolisacáridos (LPS) en la superficie de las salmonelas que bloquean la acción de los anticuerpos", señala MacLennan. "Incluso se pierde la capacidad de eliminar bacterias aún cuando hay exceso de anticuerpos como en el caso de estos pacientes con VIH".
Constantino López Macías, investigador de la Unidad de Investigación Médica en Inmunoquímica del Instituto Mexicano del Seguro Social y coautor del estudio, señala que la bacteria usa el lipopolisacárido para distraer el sistema inmune. "Se encuentran en la superficie de la bacteria y forma una especie de coraza que bloquea los anticuerpos y no los deja pasar a la membrana celular".
Los investigadores examinaron muestras de sangre de dos grupos de adultos, uno infectado con VIH y el otro no, para analizar la diferencia en la capacidad de matar las salmonelas, y observaron que los anticuerpos quedan atados y anulados por los LPS. Sin embargo, cuando eliminaron estos bloqueadores, los anticuerpos de muestras de sangre de personas infectadas pudieron matar de nuevo a las bacterias. Lo que demuestra que los pacientes con VIH todavía cuentan con el anticuerpo protector contra las bacterias que fueron generados durante los primeros dos años de su vida.
Una vez que se eliminaron los LPS, el investigador mexicano identificó el blanco que son proteínas de membrana celular externa, llamadas porinas, a las que se dirigen los anticuerpos para eliminar las bacterias. "Después del lipopolisacárido siguen estas proteínas de membrana externa que son identificados por el anticuerpo y destruyen la bacteria", señala López Macías.
El grupo mexicano es uno de los líderes mundiales en el estudio de esta proteínas de membranas externas de bacterias. De hecho, actualmente están probando en fase clínica II una vacuna contra las fiebres tifoideas diseñada a partir de este tipo de receptores.
Nuevo blanco de vacuna
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, señala en el mismo número de Science, que estos resultados podrían tener implicaciones prácticas para desarrollar una vacuna. "Las proteínas de la membrana externa de la bacteria deben ser el blanco preferido para una vacuna en lugar de los LPS".
El experto estadounidense afirma que los anticuerpos específicos que se enlazan con los LPS puede ser solamente uno de los muchos defectos responsable de bacteremia (presencia de bacterias en la sangre) de la salmonela en enfermos avanzados de VIH. Además, "resulta paradójico que la enfermedad de VIH también se asocie con la activación excesiva del sistema inmune contra salmonela".
Para López Macías hay muchas posibilidades de desarrollar una vacuna dirigido a salmonela en pacientes cuyo sistema inmune está deprimido, pues se trata de una enfermedad creciente en todo el mundo ya que en países en desarrollo, si bien existen antibióticos para atacar la enfermedad, gran parte de la población no tiene acceso a estos medicamentos y tampoco a medidas preventivas de higiene.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año millones de personas son infectados por esta enfermedad causando graves problemas a los sistemas de salud; de igual forma, las diversas bacterias del género salmonella incrementan su resistencia a los antibióticos. Tan sólo en Estados Unidos se estima que cada año son infectadas 1,4 millones de personas, lo que ocasiona 168.000 visitas al médico, 15.000 hospitalizaciones y 580 muertes anuales, con un costo superior a los 3.000 millones de dólares anuales (2.255 millones de euros).
"La vacuna estaría compuesta por subunidades de las proteínas del microorganismo y no por el microorganismo vivo atenuado, lo cual la haría muy segura", explica López Macías. "Se inyectarían a las personas para que desarrollen anticuerpos y otro tipo de componentes receptores para generar inmunidad contra la bacteria".
Aunque la investigación requiere mayor experimentación y la propia vacuna aún esta sentando sus primeras bases, el investigador mexicano es optimista y cree que a medio plazo puede ser un tratamiento preventivo complementario para los casi 34 millones de enfermos de VIH que hay en el mundo.
Fuente: El País
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