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miércoles, 3 de agosto de 2011

La primera especie de homínido en dispersarse fuera de África no fue el Homo erectus, como se creía hasta ahora


Científicos de las universidades de Granada y Málaga han confirmado que fue el Homo habilis, que vivió más de 800.000 años antes que aquél

Así se concluye de un estudio publicado en la prestigiosa revista Quaternary International, en el que se evalúa la variabilidad en la forma del cráneo de los representantes del género Homo

Científicos de las universidades de Granada y Málaga han confirmado que la primera especie de homínido en dispersarse fuera de África no fue el Homo erectus, como se creía hasta ahora, sino el Homo habilis, que vivió más de 800.000 años antes que aquél.

Así se concluye de un estudio publicado en la prestigiosa revista Quaternary International en el que se evalúa la variabilidad en la forma del cráneo de los representantes del género Homo. Para ello, los investigadores han comparado la variabilidad en diferentes grupos de fósiles con la de especies de grandes simios actuales (gorilas, chimpancés y humanos anatómicamente modernos). A partir de los resultados obtenidos, se puede afirmar que existe una mayor afinidad entre la población de Dmanisi (Georgia), que presenta una antigüedad de 1,8 millones de años, con los habilinos (Homo habilis) africanos que con los representantes de otro grupos, los erectinos (Homo erectus), que aparecen tanto en África como en Eurasia. Los habilinos tienen una cronología de entre 2,6 y 1,4 millones de años, y los erectinos (Homo erectus) de entre 1,8 millones de años y 40.000 años.

Algunas de las características de los habilinos son el tamaño reducido del cerebro, los dientes grandes, la cara muy robusta y la musculatura relacionada con la masticación (maseteros y temporales) muy desarrollada. Las diferencias en estas características entre los habilinos y los erectinos son las que han permitido a los investigadores proponer este cambio en la primera especie en dispersarse fuera de África.

Talla lítica

Un aspecto vinculado a esta temprana dispersión por parte de este taxón tan arcaico (Homo habilis) es su vinculación con el modo de talla lítica. Resulta interesante que el Achelense o Modo 2 se documenta en África hace 1,6 millones de años; sin embargo, en Eurasia su aparición se retrasa hasta hace 600.000 años. Es decir, existe un lapso temporal que, de momento, se aproxima al millón de años.

El Olduvayense está caracterizado por la presencia de lascas de piedra idóneas para descarnar los cadáveres y por piezas de mayor tamaño con las que machacar los huesos para acceder al tuétano, y el Achelense por la aparición de útiles más elaborados y multifuncionales (bifaces, hendedores, tiedros).

Las razones de la perduración del Olduvayense euroasiático puede residir en de cuestiones ecológicas derivadas de un reemplazamiento faunístico en el que los macairodontinos (tigres con dientes de sable) son reemplazados por los panterinos (muy similares a los grandes felinos actuales) que aprovecharían de manera más eficiente las presas cobradas y que, por tanto, dejarían menos carroña para ser aprovechada, entre otros, por los humanos.

No obstante, esta investigación permite abrir una nueva puerta: que las poblaciones euroasiáticas fuesen descendientes de los primeros homínidos dispersados y que fueran igualmente reemplazadas por poblaciones pertenecientes a otra especie que tuviese la capacidad y la necesidad de obtener útiles más sofisticados.

Este artículo ha sido realizado gracias a la colaboración de tres investigadores: Juan Manuel Jiménez Arenas, del Departamento de Prehistoria y Arqueología e Instituto Universitario de la Paz y los Conflictos de la UGR, y Paul Palmqvist y Juan Antonio Pérez Claros, catedrático y profesor titular, respectivamente, del Departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga.

Fuente: Universidad de Granada (UGR).

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