Hace unos 5,5 millones de año y debido a un levantamiento tectónico del actual estrecho de Gibraltar, el mar Mediterráneo quedó aislado de los océanos durante un largo periodo de unos 350.00 años y se desecó casi por completo. Cuando las aguas del Atlántico pudieron fluir de nuevo hacia el este, llenaron el Mediterráneo con la mayor y más brusca inundación conocida, según los resultados de un nuevo estudio hecho por científicos españoles y franceses.
"Nuestro trabajo demuestra que cuando las aguas del Atlántico volvieron a encontrar un camino a través del estrecho, probablemente como consecuencia de su hundimiento tectónico, el desnivel entre ambos mares, de unos 1.500 metros, desencadenó la mayor y más abrupta inundación que se conoce en la Tierra, dejando una erosión en el fondo marino de cerca de 200 kilómetros de longitud y unos ocho kilómetros de anchura", explica Daniel García-Castellanos, del CSIC, primer firmante del artículo que publica Nature. "La carga de agua llegó a ser 1.000 veces superior al actual río Amazonas y el Mediterráneo se llenó en tan sólo dos años". El ritmo fue de hasta 10 metros diarios de subida del nivel del mar. Hasta ahora se pensaba que este mar en medio de las tierras había tardado en llenarse mucho más tiempo.
Durante la desecación, los principales ríos que desembocan en el Mediterráneo excavaron profundas gargantas en los márgenes del fondo marino, que quedaron expuestos, y pasaron a desembocar en lagos salinos situados en las partes más profundas de la cuenca. Ésta es la prueba principal de la desecación del Mediterráneo. Cuando en los años noventa los ingenieros del túnel que debía unir Europa y África estudiaron el subsuelo del estrecho de Gibraltar se encontraron con un problema inesperado: un surco de varios cientos de metros de profundidad, rellenado por sedimentos poco consolidados. Los geólogos y geofísicos pensaron entonces que esta enorme erosión había sido producida por algún río de gran caudal durante la desecación del Mediterráneo. Según la nueva interpretación, la inundación que puso fin a la desecación del Mediterráneo fue extremadamente corta y más que parecerse a una enorme cascada debió consistir en un descenso más o menos gradual desde el Atlántico hasta el centro del Mar de Alborán, una especie de megarrápido por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora.
"Como consecuencia, el canal erosivo que atraviesa el estrecho tiene unos 500 metros de profundidad y hasta ocho kilómetros de anchura, y se extiende a lo largo de unos 200 kilómetros entre el golfo de Cádiz y el mar de Alborán", explica García-Castellanos."Esperamos que el artículo contribuya, en cierta medida, a planificar las obras del túnel para unir Europa y África. El trabajo se basa en buena parte en los estudios preliminares de ese proyecto, muy condicionado por la presencia de ese canal erosivo que nosotros relacionamos con la inundación. Sería cerrar un bello círculo que nuestra investigación acabara contribuyendo a la construcción del túnel con nuevo conocimiento", apunta este geólogo.
Fuente: El País
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